miércoles, 7 de junio de 2017

WTF

Justamente ahora tengo todas las putas ganas de escribir, así que voy a crear una especie de corriente de la conciencia (pero súper cortita) para poder desahogarme y simplemente decirle a alguien anónimo cómo me siento:

En estos momentos que me dan, esos ataques de querer escribir algo, pero no escribir cualquier cosa, no, sino escribir algo bonito, una historia sacada de las entrañas de mi cabeza, armada de a poco y perfeccionada a lo largo, algo que retrate mi ser interior pero no de una forma tan descarada y sucia a como lo estoy haciendo ahora. Realmente admiro a esas personas, no sé si llamarlas imaginativas, que son capaces de crear algo nuevo, algo hermoso a los ojos, algo que no sea una modificación de otra cosa preexistente; y con esto puedo decir los cuentos, los dibujos, las melodías, todas esas cosas marcadas en lo artístico.

Eso es lo que me carga de mí, me encantan ese tipo de cosas, me fascina nutrirme del arte de otros, pero me siento incapaz de crear algo, se me es fácil reproducirlo, pero nunca siento que es algo propio; las envidio mucho.

Últimamente me he sentido extremadamente rara, una amalgama de sentimientos en donde la tristeza, quizás, es la protagonista; y lo más triste es que no sé como explicarlo, pienso que probablemente sean las hormonas.

Al no vivir con mis padres, al ser una niña muy sola, al tener una infancia de esas que no has recibido mucho cariño por parte de tus iguales; y al crecer y recrear toda esta situación de nuevo solo por el hecho de que ya estás acostumbrada es raro. Siempre he necesitado el cariño de mis más cercanos, solo eso, y cómo ahora no estoy con ellos necesito ese cariño de mi otro más cercano, pero no sé si a veces seré muy exigente, no me gusta presionarlo mucho, indirectamente le digo lo que necesito pero no se me hace obvio que se le hace obvio. Pero no me malinterpreten, no es que me deje de lado, todo lo contrario, siempre está conmigo, la mayoría de las veces me escucha, pero por alguna razón estos pensamientos se me vienen a la cabeza al punto de ya no saber qué hacer.

Al fin y al cabo somos humanos, y al igual que el cuerpo con el paso de los años, la mente también se va debilitando, se va corroyendo; cada uno ha vivido traumas a lo largo de su vida, esos problemas personales que es imposible compararlos con otros porque todos somos diferentes, nuestras realidades son diferentes, la forma en que vemos el mundo es diferente, todo es tan no obvio en cuanto a las reacciones humanas.

Bueno, satisfecha, creo.

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