viernes, 19 de mayo de 2017

Ps: Mente

Recién ahora me entraron esas ganas terribles de poder escribir algo, pero como me da paja crear un proyecto tan extenso y difícil como escribir una novela me resigno a escribirlo en un blog, algo que tengo muy en cuenta que se olvidará en un futuro cercano pero no importa, solo quiero satisfacer esa necesidad animal de escribir algún texto.

Con el paso del tiempo he intentado ponerme más "dura", un modo de autodefensa para que cualquier posible tropiezo o ataque venga hacia mí yo esté preparada para enfrentarlo. Obviamente, y como todo en la vida, usar ese tipo de escudos tiene efectos tanto positivos como negativos... es imposible tenerlo todo. Al ocuparlo uno involuntariamente se encierra en sí mismo, a tal punto de que la única interacción social que tienes es con tu familia, y  si estás trabajando/estudiando los tenues "hola" y "adiós" que socialmente debemos decir por cortesía, además, ya estamos entrenados para eso.

Mis amigos los puedo contar con los dedos de una mano, e interactúo con alguno de ellos 1 vez al mes con mucha suerte; aun así tengo muy en claro que esta actitud mía no les molesta.

Me acabo de dar cuenta que me fui por otra rama a la cual no quería llegar (por algo no escribo novelas), por lo que vamos a retomar mi falta de sociabilidad. Una de las causas de esto es, extrañamente, mi relación con mi familia; al ser una niña tan distante del exterior no tenía más remedio que apegarme a lo conocido, y con "apegarme" me refiero a mucho. Pero todos crecemos, todos hasta mí, conocemos gente y nos enamoramos locamente, todos queremos hacer cosas por nuestra cuenta, todos rompemos corazones alguna vez.

El día de ayer fui al psiquiatra  de mis padres, no tuve más remedio que hacer la situación menos incómoda y metamorfosearme, sacándome este disfraz de mujer antisocial a una completamente diferente, conté todo lo que tenía en la cabeza, no porque me importara que arreglara mis problemas propios, sino para que arreglara a mis padres, para que los hiciera entender en qué se equivocaron, para que no ocurra de nuevo con mi hermano, para que ellos estén mejor. Sorprendentemente, eso pasó.

Siempre he pensado que el tema de los psicólogos y psiquiatras es una tontería, que prácticamente uno compra un servicio pero al mismo tiempo uno ya sabe lo que te va a decir, sería un círculo vicioso, una mentira a uno mismo; pero ayer me di cuenta que no es tan así, que existe gente que de verdad piensa eso del "amor al arte", y que lo practica, que sabe cuándo decir las cosas; es solo buscar bien.

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