miércoles, 15 de marzo de 2017

Consciencia

Últimamente han sucedido una cadena de pensamientos dentro de mi cabeza que de alguna forma han afectado mi forma de comportarme frente a los otros seres humanos.
Tengo muy claro que es difícil "medir" la cantidad de amor que uno le tiene a otra persona y viceversa, pero al fin y al cabo, esos números incontables se demuestran en acciones y en palabras, lo chistoso es que, por lo menos para mí, tales acciones y palabras se deben reiterar día a día, como que si de manera inconsciente mi mente se olvidase de aquellos tenues detalles, donde en tales momentos de necesitar amor de alguna persona X tenga que hacer un esfuerzo para poder recordar de manera general ese sentimiento compartido; y no es porque lo necesite, sino porque mi cabeza desea mantenerlo vivo.
Probablemente el párrafo anterior nadie o muy poca gente lo va a entender, pero yo si lo entiendo y eso es lo que importa.
Ayer en la noche pensaba que es tonto estar molesto por cosas del pasado o, mejor dicho, por cosas que pudieron ser pero al final nunca sucedieron, porque al fin y al cabo, las decisiones que uno tomó en un momento preciso lo llevaron a donde está ahora, y ese ahora es el que importa y en el que cada uno debe trabajar individualmente y preocuparse, no de algo que ya no es, simplemente es una pérdida de tiempo. Pero aun así, con mi calidad de ser humano encima, aun me hacen ruido algunas cosas.
Soy de esas fieles creyentes que cada uno de nosotros es menos que un simple insecto en la vastedad del cosmos, seres ínfimos que no influyen en nada en el funcionamiento de la vida en sí, es decir, si hay uno más o uno menos de nosotros no importaría en nada; pero aún así, anhelo esa necesidad de sentirme especial, quizás no con cualquiera, pero si con las personas que de verdad amo (que las puedo contar con los dedos de una mano). Al final del día, uno es especial y único para sí mismo, en esa mentira vivimos, y tenemos que vivir.
Recuerdo que un día fui a un cumpleaños con mi pololo, de un gran amigo que tuve en la época de colegio, uno que estuvo enamorado de mi toda la enseñanza media pero yo nunca intenté nada con él porque simplemente no me atraía románticamente hablando; antes de irnos de su cumpleaños miró a mi pololo y le dijo: "oye, aprovecha bien a la consu", y en el cual le responde, en tono de broma: "si, ya la he aprovechado enterita" (solo para que lo tengan claro, no me molesta para nada esa frase, todo lo contrario, además que el ambiente daba para ese tipo de frases); pero éste replica: "no en ese sentido, es la consuelo, en una onda más espiritual o algo así". Debe ser una de las cosas más lindas que me han dicho, aunque sea indirectamente.
Como síntesis de toda esta orgía de sensaciones, pensamientos, emociones, de las cuales la mitad carecen de sentido y la otra mitad no puede ser comprendida por promedios, puedo llegar a un conclusión final: no hay nada como llegar a los comportamientos más animales, no hay nada como una buena cachita para sacar preocupaciones inexistentes de encima y poder seguir con el día a día.

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